De tres en tres (6).
1.- Cuando no necesitas hacer preguntas, puede ser debido a creer, que
eres un iluminado que ya lo sabe todo
(hay muchos por ahí, que están convencidos de ello), o simplemente es que
piensas que tienes en tu poder todas las respuestas que necesitas, para seguir
viviendo y mantener el equilibrio imprescindible para que tu existencia no
transcurra por el camino de la inestabilidad y la preocupación permanente. Sin
embargo, siempre te quedará una última pregunta que hacer y de su respuesta,
saldrá otra pregunta y así sucesivamente. Y es que la vida, es una duda eterna,
que una y otra vez te hace estar en permanente estado de interrogación.
2.- No cabe duda
alguna, que
los buenos ejemplos, siempre son un excelente recurso para utilizar en
determinados momentos, en los que la vida, no nos trata demasiado bien, cuando todo
se complica, y eso nos hace entrar, en un callejón sin salida (o con ella, pero
que nosotros somos incapaces de ver), de ahí que sea muy importante comprobar
como otras personas, afrontan sus miedos, y vencen sus dificultades, incluso
ante pruebas terribles con los que una caprichosa existencia, castiga a muchos
a lo largo de su recorrido terrenal, torpedeando incesantemente sus pasos, y a
pesar de ello, salen adelante, siguen su camino, incluso sin perder nunca su
sentido del humor y con una sonrisa en los labios, como imborrable y permanente
tarjeta de visita, que sin duda alguna ha de servir de estímulo para el resto
de las personas.
3.- Cuando el aburrimiento se convierte en
compañero habitual, durante el acontecer diario de la vida de la gente, la
colección interminable de horas muertas se acumula en el espacio vital de los
seres humanos, que no conformes con perder miserablemente el tiempo (de su
corta existencia), se dedican con esmero (no todos, por supuesto), a
coleccionar los cientos de miles de minutos malgastados, y con el envoltorio de
la negatividad, los guardan en su baúl interno, para que a modo de recordatorio
permanente, siga alimentado un día a día presidido por la desgana, el tedio y
la falta de motivación.
¡Con la fácil que resulta entretenerse con
las cosas más simples! Además muchas de ellas son incluso gratis, tan solo es
cuestión de buscar con un poco de entusiasmo. Cualquier cosa es preferible,
antes que pasar el tiempo como una momia,
sin hacer absolutamente nada, salvo aquellos que simplemente con ver volar a
una mosca, ya lo pasan bien.
¡Benditos ellos…!