De tres en tres (16).
1.- Existe una especie de
amor “peliculero”, que se mezcla con la vida real, y que por supuesto, está
excesivamente valorado. Es como el marisco en Navidad, que sin saber cuál es el
motivo, triplica su precio.
Existe una manera de ser generoso de verdad,
aquella que consiste en dar algo que nos hace falta, pero así y todo, somos
capaces de desprendernos de ello, porque hay alguien que lo necesita más que
nosotros.
También existen muchas cosas más, pero lo dejaremos para otro día…
2.- Hay personas que
al principio, cuando son todavía jóvenes, se quieren comer el mundo, y lo devoran
con insaciable apetito, pero al final, y después de tantos años tragando,
acaban muriendo empachados.
Hay
personas, que de forma equivocada, se plantean sus relaciones amorosas haciendo
especial insistencia, en que su pareja les considere más necesarios que
queridos.
Hay
que buscar continuamente el verdadero camino de la vida, aunque muchas veces
nos equivocamos de dirección e iniciamos recorridos que no nos llevan a ninguna
parte, y lo peor, es que seguimos insistiendo en transitar por ellos.
Hay que darse cuenta, que a lo largo de nuestra vida, y ante situaciones complicadas, nos paraliza más el miedo a que nos pueda ocurrir algo malo, que el resultado dañino de lo que suceda.
3.- Hay que enfrentarse
siempre a los problemas con la valentía necesaria para tratar de solucionarlos,
pero luchar inútilmente contra lo que ya no tiene remedio, es una total pérdida
de energía y tiempo.
Hay que evitar que la religión (la que sea, y por mucha fe que uno tenga en sus creencias), sea utilizada para hacer que el ser humano se sienta culpable, ya que ese es el camino perfecto, para meterles el miedo en el cuerpo a las personas, sin duda el mejor de los métodos, para poder controlarlas.
Hay que
intentar ser educado en todo momento con las personas con las que convivimos,
pero utilizar la amabilidad con aquellas que carecen de educación, es darles
algo, que de ningún modo merecen.
Hay que
tener mucho cuidado, con los disparos al corazón, sobre todo con los que no
llevan bala, que suelen dejar peores heridas, que las que produce el plomo.