De tres en tres (17 y último).
1.- Hay que procurar no
cargar a los demás con nuestro saco lleno de problemas, sobre todo, si no
queremos que ellos hagan lo mismo con nosotros. Además, se puede dar el caso
doblemente negativo, de que en ocasiones, uno acaba cargando con los dos sacos,
el propio y el ajeno.
Hay que
rebelarse siempre, contra el poder establecido cuando te quiere pisotear. No se
pueda esperar nunca, a que este, sea injusto, porque entonces ya será muy
tarde, para poder combatirlo. Si te duermes te acabará aplastando.
Hay que tratar con respeto a todos aquellos
que se comportan con uno de igual forma, e ignorar siempre a los que pretenden
en todo momento hacer que te sientas mal, a esos, ni caso...
Hay quienes a lo largo de su vida, se han propuesto “no dar un palo al agua”, y al final lo consiguen, y lo sorprendente, es que además viven estupendamente. Otros se pasan la vida trabajando, y están rodeados de miseria y privaciones. Es lo que hay, aunque sea muy injusto.
2.-Hay quienes a simple vista se muestran como individuos completamente
inofensivos, cuando en realidad tienen mucho más peligro que un cocodrilo
africano para las mujeres, que a diario no tienen más remedio que hacer su
colada a la orilla del río.
Hay
quienes callan, pero no hablar, no quiere decir que estén de acuerdo con lo que
escuchan, tan solo, que han decidido quedarse en silencio.
Hay
quienes necesitan estar siempre con otras personas, pero la causa, no es porque
no sepan adaptarse a la soledad, el verdadero motivo, es porque son incapaces
de convivir solo con ellos mismos, ya que no se soportan.
Hay quienes no se pueden quejar de estar continuamente supeditados a los demás, ya que mientras no se hagan cargo de sí mismos, serán toda su vida dependientes de otros.
3.- Hay quienes se pasan
toda su vida buscando lo que no necesitan, cuando lo encuentran se hacen
adictos a lo que sea que han descubierto, y cuando les falta, lo echan de
menos, o en el peor de los casos, no pueden vivir sin ello.
Hay quienes utilizan un ventilador para mandarle el polvo de su casa al vecino, pero suelen ser tan torpes que lo ponen al revés y la porquería vuelve de nuevo a ellos.
Hay quienes, no tienen el más
mínimo sentido del pudor, y venden en directo todo lo relacionado con su vida
privada que les pueda reportar un sustancioso beneficio. Lo malo no es eso, lo
verdaderamente lamentable, es que lo que cuentan algunos, en referencia a su
intimidad, produce auténtico asco.
Hay preguntas que no nos gusta
responder, porque nos resultan incómodas, y porque no tenemos respuestas para
ellas, pero en muchas ocasiones, lo que de verdad nos irrita, más que la
pregunta en sí, es quien nos la hace.