"Textos lacónicos" (II).
“Se empachó con el sabor dulce de la continua felicidad, por eso su permanente insatisfacción, le hizo echar de menos el gusto agrío del fracaso”.
“Heredó orgulloso la profesión de su padre, y se convirtió en asesino a sueldo, aunque nunca fue consciente, de que cualquier idiota, es capaz de matar”.
“Ella siempre se sintió atraída por los hombres de modales exquisitos, aunque siempre se acostaba con impresentables”.
“Indalecio tuvo catorce hijos, pero sin duda al que más quería, era a Pepito, que había sido adoptado”.
“Aquella mujer, era más puta que las arañas, pero dejando a un lado los asuntos de cama, podías confiar en ella para lo que quisieras”.
“No tengo prisa en llegar, tan solo me interesa, el paso siguiente”.
“El iluminado dijo que en el mundo de los vivos solo reina el egoísmo, y en el de los muertos la paz eterna, pero yo prefiero la codicia de vivir”.
“La satisfacción de conseguir lo posible, me evita la frustración de no lograr lo inalcanzable”.
“Hay puertas en la vida que se abren fácilmente si tienes la llave, y otras que no queda más remedio que abrirlas de una patada”.
Fran Laviada