El ingenuo soñador (VIII).
septiembre 15, 2019 at 8:00 ,
No hay comentarios
Estoy
encantado de haberme conocido. ¡Sí, digo
bien, de haberme conocido! Y no digo
de haberte conocido. Sino, de
haberme conocido a mí. ¡A mí
mismo! Me vas a perdonar, pero ahora me importa más el Mí que el Ti. En otro
momento hablaremos de ti. De tus
deseos, de tus ilusiones, de tus metas. Pero ahora
el que importa soy yo. No pienses
que soy un egoísta. Aunque en
un momento dado si puedo parecerlo. Nadie es
perfecto, y yo no soy la excepción. ¡Perdona,
si quiero ser hoy el protagonista de la historia. Pero no lo
voy a negar, así es. Hoy quiero
hablar de mí. Aunque sin
extenderme, ni colgarme medallas. No se trata
tampoco de cansar al personal. Ni de ser
pesado y aburrido. Y mucho
menos de resultar pedante. Qué es lo
que les ocurre, a los que hablan mucho de ellos mismos. Esos del
Yo, Yo, Yo y solamente Yo. Tampoco
hace falta eso. ¡Tan solo,
quiero decir que estoy contento de haberme conocido! Puede que
tú todavía no te hayas conocido a ti mismo. Es probable
que todavía no te mires lo suficiente en el espejo. Y quizás
cuando lo hagas, la imagen que veas sea la de un extraño. Tendrás que
seguir intentándolo. Yo he
gastado muchos espejos de tanto mirarme. Y también
he roto algunos. Incluso, un
par de ellos salieron volando por la ventana. Muchas
veces no me gustaba lo que veía. Otras la
nitidez de la imagen reflejada en el cristal era demasiado cruda. Y para qué
engañarnos, más de una vez, lo que vi me resultó insoportable.