BHC (Breves Historias Cotidianas).
Cada día tiene su pequeño relato...
1-El alumno le
preguntó al maestro:
Tal
como está el mundo, ¿ser padre hoy día es una decisión de valientes o de
insensatos?
Y el
hombre sabio, que siempre tenía respuestas para todo, no supo que responder.
2-Y el padre le
dijo al hijo:
Si tienes deudas, procura pagarlas antes de
morir, porque luego, en otra vida, estés arriba o abajo, los intereses seguirán
aumentando, sobre todo, si lo que debes tiene como acreedor a un banco. Ya
puedes olvidarte de que te perdonen la deuda, aunque hayas estirado la pata.
Subirán al cielo, y hablarán con San Pedro para saber dónde te encuentras, o
descenderán al infierno y le preguntarán por ti al mismísimo Lucifer. Tarde o
temprano, darán con tu paradero, es inútil escapar.
¡Así qué, ya sabes que el que paga descansa, y si
el descanso es eterno, sin que nadie te moleste, mejor todavía!
3-La vida de Horacio transcurría siempre entre
boleros tristes y alegres guarachas, y aunque al hombre le encantaba escuchar
música continuamente, lo que de verdad le gustaba por encima de todo, era el
Rock and Roll, pero ya se sabe que nunca llueve (en este caso, sería mejor
decir, suena) a gusto de todos.
4-Eugenio siempre pensó que le gustaría dejar a sus
herederos, una pequeña caja en la que había ido guardando la experiencia
acumulada a lo largo de su vida, sin duda alguna algo más valioso que el
dinero, pero teniendo en cuenta lo avaros que eran sus hijos, siempre se
preguntaba:
¿Lo
valorarán ellos?
5-Manolito tenía claro que el peor día de la semana
era el domingo, porque como es el último, siempre llegaba a él, aburrido y
cansado, y siempre se quejaba por ello. Pero lo peor del domingo, es que era la
antesala del lunes, y ese, era día de trabajo. De nuevo la rutina, semana tras
semana. Aunque a veces, muy de Pascuas a Ramos, hay algún lunes que cae
en fiesta, así que quien no se consuela, es porque no quiere.
¡Manolito, no te quejes! ¿Prefieres no tener que ir a trabajar un lunes, cómo
cuando estabas en el paro? ¡Joder muchacho, es que nunca estás contento con
nada!
6-El general
condecoró al capitán, enganchando en su pecho la medalla al valor con su
distintivo más alto. A continuación felicitó efusivamente al militar, y le
dijo:
¡Es
usted un hombre de bien, una raza, sin duda a extinguir en un mundo lleno de
cobardes en el que la guerra de la maldad cada vez se hace más fuerte y en la
que las balas de la indecencia siempre quieren acabar con los más valientes!
¡Señor, sí señor!, le respondió en posición de firmes el condecorado capitán.