"En profundidad desde el escondite" (III).
¿De qué color son los sueños? ¿En qué piensas cuando llueve? ¿Oyes el golpeo de las gotas contra las hojas de los árboles? ¿O es un ruido demasiado suave para que lo escuches? Quizá existan otras cosas en tu vida que tampoco oigas...
¿Sigue siendo bello vivir? Vivir en el camino de la vida, en el que las personas piensan, sienten, sueñan, ríen... ¿Es eso lo que les permite seguir caminando?
¿Te da miedo pensar? Todos necesitamos un lugar para pensar. ¿Pensar en qué? Tendría que pensar muy seriamente lo que me está pasando, pero no lo hago.
¿Debería pensar en ti? Sentir. ¿Y tú, en qué piensas? Simplemente siente. Tan solos son sueños.
Mi nombre es ninguno.
Y ninguno me dicen.
Me apetece ser nadie.
Ya que nadie me espera
Ni tampoco me llama.
Pero ninguno lo sabe.
Quiero pasar desapercibido.
Olvidarme de todo.
Esfumarme en el aire.
Intento subir a la cima del volcán en erupción.
Y también pretendo bajar al fondo del valle.
Quiero ser el habitante solitario de una isla perdida.
Y si puedo, ser el único inquilino del edificio de mi vida.
Construir con mis manos la cabaña.
Y habitarla o quemarla si hace falta.
Y estar solo y en silencio.
Libre y a salvo, escondido en la montaña.
Mi nombre no importa.
Mi apellido no existe.
Mi cara borrada.
Mi silueta difusa.
Mi cuerpo flotante.
Mi mente en el aire.
En la inmensidad del espacio.
Como un fantasma errante.
Como espíritu camuflado.
En un camino con un solo caminante.
Mi historia olvidada.
Se convierte en calma vital.
En necesaria paz interior para una mente agitada.
En imprescindible tranquilidad profunda.
La amnesia colectiva.
Me devuelve a la vida.
La sombra me cubre la espalda.
Y la indiferencia me acompaña cada día.
Mi nombre no existe.
Mi apellido no existe.
Mi existencia es la nada…
Fran Laviada (Libros publicados en Amazon).