"En profundidad desde el escondite" (XI).

La mujer que:
- Te entiende.
- Te quiere.
- Te aguanta.
¡Y siempre por este orden!
¡ES SIN DUDA ALGUNA,
TU MUJER IDEAL!

Derrotado por el amor y el destino, vencido como Napoleón en Waterloo, y perdido como un triste arbejo en una ensaladilla, me retiro a mis cuarteles de invierno para evitar seguir creciendo en la adversidad, con la mirada puesta en un optimismo (quizá exagerado) en espera de tiempos mejores, y como mínimo, más cálidos, para resurgir de mis cenizas (si es que quedan) como el Ave Fénix, rescatado por Afrodita (o quien corresponda) de las tinieblas del desamor y el fracaso.
¡Buenos días tristeza! El mundo ya no ríe. La guitarra se ha quedado sin cuerdas. A los árboles se les han caído las hojas aunque todavía no estamos en otoño. El ruiseñor se ha quedado afónico y el pintor sin lienzo. El creyente ha perdido su fe, algo normal en estos tiempos. El ciego ha perdido a su lazarillo y el pastor a su rebaño. El lobo está acorralado por los cazadores implacables y el oso está preocupado. El río se ha quedado casi sin agua, y la poca que le queda, está contaminada. La mañana se ha escondido y la oscuridad campea a sus anchas. El sol se ha puesto en huelga y no quiere brillar. La vela sin mecha tampoco alumbra. El maestro ya no tiene alumnos, solo las paredes le escuchan. El ratoncito se ha perdido en el laberinto, y además ya no le queda queso. La nieve se ha derretido porque el fuego traicionero y devastador la ha envuelto convirtiendo la blancura del bosque en un tenebroso manto negro. La porquería ha expulsado a los peces fuera del agua y se han ahogado. En fin, todo es un desastre, un terreno abonado para la tristeza más profunda en la que caminan sin rumbo fijo, almas perdidas, proyectos sin futuro, corazones con taquicardia, ángeles sin paraíso, cuerpos sin brillo, caras desencajadas, niños abandonados, pájaros sin alas, cómicos sin sonrisa, nadadores arrastrados por la marea, y otros hundidos bajo toneladas de agua. Y hay demasiados trenes, unos descarrilados, otros en vía muerta y muchos sin ruedas.
¡Buenos días tristeza!, parece que has llegado para quedarte y aunque nunca eres deseada, soy un tipo educado.


"Colección Papiro Fugaz".