"Historias en Terrícolandia: El terrícola insatisfecho" (VII).
El contenido publicado a continuación pertenece al libro titulado “El terrícola insatisfecho” que forma parta la Trilogía Terrícola publicada en Amazon en el siguiente enlace:
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Imágenes: Pixabay.
© Textos: Fran laviada 2022 (Todos los derechos reservados)
Capítulo 17
No siempre el silencio de las personas, significa miedo a expresar lo que piensan. Muchas veces no decir nada significa decirlo todo, y lo más importante es lo que uno se calla, y no lo que uno cuenta, para que los demás lo entiendan. Lo que no se dice, es el mensaje,para los que sepan o quieran leer entre líneas, y si existen dudas, se acompaña el silencio con ese idioma universal del gesto, que todos entienden, ya que la cara del ser humano es multilingüe, y como ejemplo, no hay más que ver como en un momento dado pueden entenderse con una simple mirada un carnicero de Osaka que apenas domina el Japonés, su idioma natural y un casi analfabeto campesino del Altiplano Boliviano, que a duras penas sabe distinguir las vocales y consonantes del rico lenguaje castellano.
Por otra parte, hablar sin parar, como cotorras, con palabras vanas y frases sin sentido, transmitiendo una comunicación absurda, la verdad es que no tiene mucha lógica, para eso es mejor quedarse mudo, sin realizar ni un solo movimiento muscular, que pueda sugerir la más leve apertura de la cavidad bucal.
La conclusión final, es que aunque sea el sonido el que arme más ruido, es sin embargo el silencio el que realmente en muchas ocasiones, se hace notar.
El silencio también tiene sonido, solamente hace falta emplear el tiempo necesario para saber escucharlo.
“Qué espléndida laguna es el silencio allá en la orilla una campana espera pero nadie se anima a hundir un remo en el espejo de las aguas quietas”
(El silencio. Mario Benedetti)
Capítulo 18
Cuando el aburrimiento se convierte en un compañero habitual, y a veces, incluso inseparable (como una especie de guardaespaldas, algo desde luego, nada recomendable, excepto que uno se encuentre amenazado de muerte, y el gorila protector, sea de verdad), durante el acontecer diario de la vida de la gente, la colección interminable de horas muertas se acumula en el espacio vital de los seres humanos, que no conformes con perder miserablemente el tiempo (de su corta existencia), se dedican con esmero (no todos, por supuesto), a coleccionar de manera incansable, los cientos de miles de minutos malgastados, y con el envoltorio de la negatividad, los guardan en su baúl interno, para que a modo de recordatorio masoquista y permanente, siga alimentando un día a día presidido por la desgana, el tedio y la falta de motivación.
¡Con lo fácil que resulta entretenerse con las cosas más simples! Además muchas de ellas son incluso gratis, tan solo es cuestión de buscar con un poco de entusiasmo.
Cualquier cosa es preferible, antes que pasar el tiempo como una momia, sin hacer absolutamente nada, salvo aquellos que simplemente con ver volar a una mosca, ya lo pasan bien.
¡Benditos ellos...!
Capítulo 19
El abuso de autoridad llevado hasta los límites de la tiranía, es algo propio de individuos despóticos, cobardes, y sobre todo acomplejados, que siempre se muestran implacables contra los débiles, aprovechando en todo momento su ventajista posición de fuerza.
Sin embargo, y aunque pueda parecer sorprendente, estos mismos individuos, cuando se encuentran ante poderes superiores, se muestran acojonados, sumisos y serviles, arrastrándose por el suelo como serpientes domesticadas y obedientes ante la voz de su amo domador.
¿Qué curioso, verdad?
Capítulo 20
Las conversaciones interminables que no tienen ni pies ni cabeza, suponen una pérdida total de tiempo y energía, y sobre todo, son propias de personas superficiales, cuyo único aliciente es tener algo de qué hablar, de darle a la lengua incansablemente, a pesar de que todo lo que dicen sea absurdo y sin ningún interés para la persona que escucha el pestiño que le están dando y que muchas veces tan solo lo hace (y con un gran esfuerzo) por educación, aunque en ocasiones, es preferible pasar por ser un individuo mal educado, que tener que soportar un terrible dolor de cabeza.
Capítulo 21
El estado emocional en el que muchas veces desemboca una acalorada discusión, que poco a poco va subiendo de tono, hasta alcanzar su máximo nivel cuando se llega a la cima de la ira, es comparable a la polvareda que provoca una estampida de búfalos. Según va pasando el tiempo, la nube de polvo se va haciendo cada vez más pequeña, hasta que se esfuma por completo en el aire.
Con un enfado, de esos que hacen que se eleve tu presión sanguínea al mismo tiempo que las pulsaciones se aceleran y corren como locas a no sé dónde, ocurre exactamente igual, lo que sucede es que por desgracia, los efectos secundarios de los cruces de cable, hacen que la suciedad provocada por el polvo, nos pase factura, por lo tanto, ¡cuidado con las estampidas!