"Historias en Terrícolandia: El asfixiante globo terráqueo (I)".
El contenido publicado a continuación pertenece al libro titulado “El asfixiante globo terráqueo” que forma parta la Trilogía Terrícola publicada en Amazon en el siguiente enlace:
Iremos publicando diariamente los diversos capítulos (o partes) de todos los libros que componen la Trilogía para que los lectores que nos sigan los puedan leer de forma gratuita. Para aquellos que les guste el contenido de lo que publicamos y prefieran adquirir el libro para no tener que esperar a leerlo por capítulos (o partes) pueden hacerlo en los siguientes enlaces:
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© Textos: Fran laviada 2022 (Todos los derechos reservados)
NOTA DEL AUTOR
La Trilogía Terrícola está formada por una recopilación de artículos y otros textos de contenido diverso que el autor ha ido publicando en los últimos años (aunque en algunos casos, se ha ampliado y/o retocado el contenido, y también se ha añadido material inédito para completar la extensión de la mencionada Trilogía), en la Red Internet, en páginas web, blogs y en diversas plataformas relacionadas con medios de comunicación y otras de diverso contenido temático. Los textos se han adaptado en la medida de lo posible a la estructura del libro, y aunque todos los apartados (o pequeños capítulos) guardan cierta relación entre sí, ello no supone que cada texto sea continuación del anterior y de ahí que a lo largo de los tres libros se hayan publicado como apartados independientes. El autor cuenta su vida como Terrícola, escribe sobre sus experiencias en el planeta, expresa sus opiniones sobre el entorno que lo envuelve, lo que no le gusta y le genera una permanente insatisfacción vital, lo que tiene que hacer para seguir adelante en el complicado camino de la existencia, y la búsqueda permanente del positivo combustible existencial que le permita avanzar con moderado optimismo, pero sin vivir en un mundo irreal, que muchas veces actúa como mecanismo de salvación, aunque al final choca siempre frontalmente con la cruda realidad. Este es el tercero (y último) título de la trilogía, los anteriores publicados fueron “El terrícola insatisfecho” y el “El asfixiante globo terráqueo”.
“La imaginación es el refugio en el que te escondes cuando la realidad de la vida te asfixia, por eso buscas sin desmayo, esa bocanada de aire que te permita respirar y seguir hacia adelante, aunque la frontera de lo real y lo fantástico es una línea muy fina. Si te acostumbras a vivir ahí, sin darte cuenta puedes llegar a coquetear con la locura. ¿Y cómo lo sabes? Es fácil, en tu cabeza viajas a Marte y vuelves, el loco se queda allí (¿será más feliz?)”.
Introducción
El ser humano es una estructura demasiado compleja para tratar de conocerla en toda su amplitud. A pesar de los siglos transcurridos de historia de la humanidad, los habitantes del Planeta Tierra, seguimos siendo unos perfectos desconocidos, tanto para nosotros mismos, como para el resto de nuestros colegas de especie.
En muchas ocasiones hacemos cosas excesivamente raras, tenemos unos comportamientos tan extraños y se nos ocurren ideas tan absurdas, que si seres de otras galaxias nos estuvieran observando (quizá lo hacen), se quedarían absolutamente estupefactos de lo que ven y seguro que dirían como mínimo:
¡Pero qué pirados están estos Terrícolas!
Aunque con toda probabilidad, los más críticos seguro que en realidad lo pensarían. Lo que desde luego, sí somos la gente de la Tierra, es unos eternos insatisfechos y sobre todo unos jodidos egoístas, que nunca estamos contentos con nada y siempre queremos más, e incluso, resulta obvio que de forma permanente, poseemos la rara habilidad, de pisotearnos e incluso matarnos unos a otros, con tal de conseguir todo aquello que nos proponemos para saciar nuestra desmedida ambición.
Lo expuesto anteriormente, podría ser tildado de desmesura, pero la realidad es que no tiene nada de sorprendente, cuando un día sí, y otro también, vemos personas (?) cuyo único pensamiento en su vida es tener cada vez más y más, y no hablamos solo del dinero, nos referimos a más de todo en general, sin que la saciedad aparezca por ningún lado, y en el que el límite para satisfacer un voraz apetito acaparador, sea inexistente.
Hay muchos seres insaciables, que a pesar de haber conseguido con verdadera avaricia todo aquello que se han propuesto, siempre quieren seguir llenando su saca, nada les parece suficiente, aunque al final son las principales víctimas de su propio egoísmo, ya que en ningún momento son capaces de llegar a un estado de vida ideal en el que pueden llegar a alcanzar la felicidad, o algo que se le parezca, aunque sea de lejos.
Se desconoce el motivo, al mismo tiempo que es muy difícil de entender, el hecho de que exista gente que disfruta de una excelente posición social, que trabaja en algo que le satisface plenamente, con lo cual la actividad laboral se transforma en un placer y no en una tortura, que además han encontrado a su pareja ideal (algo cuando menos, en exceso complicado sobre todo en los tiempos actuales, en los que se vive a velocidad de vértigo, y apenas hay margen para relacionarse y mucho menos para entenderse), y si a todo lo expuesto con anterioridad, añadimos un nivel económico lo suficientemente elevado para llevar una vida placentera, con ciertos lujos y privilegios y además de todo, y esto es lo más importante, son personas que gozan de un estado de salud envidiable
¿Por qué carajo no son felices? Incluso, me atrevería también a preguntar ¿Por qué son o se sienten desgraciados?
En el extremo contrario (y de ahí la inexplicable rareza que envuelve a los habitantes de nuestro Planeta), están los que prácticamente no tienen nada, pero a pesar de ello, y eso es lo sorprendente, sí son completamente felices, y eso que han de superar día tras día, todo tipo de infortunios y penalidades.
Hay personas que tienen por única compañía a la soledad, se han quedado sin nadie y ahí están, sin tener quien se preocupe por ellos o les cuide, a otros, se les ha ido su pareja (por motivos diversos) después de muchos años de convivencia, que es mucho peor, que haber estado siempre solo. También hay quienes han vivido terribles experiencias tanto personales, cuando por ejemplo, han pasado por el amargo trance de perder a un ser querido, o a nivel colectivo, sufriendo guerras, catástrofes o epidemias por poner diversos casos de experiencias peligrosas, violentas y crueles.
Hay otras personas que son tan pobres, que no tienen ni donde caerse muertos, y cuando no se tiene dinero, ya se sabe que lo primero que se pasa, es hambre, e incluso por desgracia, muchos son los que, no tienen más remedio que morir por falta de alimentos, incapaces de poder llenar, aunque sea con la mínima cantidad de comida, su estómago vacío.
Son millones los seres humanos, que convierten su objetivo de existencia diaria, simplemente, en poder alimentarse, en llevar algo a la boca, que les permita seguir respirando, por lo menos hasta el día siguiente, en el que de nuevo hay que volver a la lucha permanente por la supervivencia.
Es muy curioso lo que sucede en este nuestro particular globo terráqueo, media humanidad se muere de hambre y la otra media se muere porque el corazón se les para por culpa de problemas derivados de su alto colesterol (malo), consecuencia por regla general, de un excesiva e incluso glotona, ingestión permanente de comida, fruto de un apetito insaciable, justamente lo contrario de lo que les ocurre a los desheredados de la fortuna
¿Cómo se entiende esto?
Existen por último, los que sufren y viven esclavizados por todo tipo de malditas enfermedades, sobre todo los que han tenido la desgracia de nacer en los países que conocemos, como del tercer mundo.
Pues bien, a pesar de todo lo negativo indicado con anterioridad, hay seres humanos, que sobreponiéndose a la extensa gamas de cosas malas, que les han caído encima, son capaces de conseguir llegar a un estado de paz interior y de equilibrio mental, que les hace fuertes ante la adversidad, también apoyados por una fe ilimitada en sus creencias, que les permite crecer en la desgracia y convertir la tortura cotidiana de su existencia en el placer por la vida, y se agarran a ella con todas sus fuerzas, a pesar de que la suerte les ha dado espalda y les muestra la peor de sus caras, en forma de inmerecido castigo.
¿Por qué aquellos que lo tienen todo son unos eternos insatisfechos y otros con prácticamente nada, se sienten felices?
¿Por qué en muchas ocasiones, los más desgraciados, son los que cada día se levantan con renovadas ilusiones para seguir no solo respirando, también sintiéndose agradecidos al ser superior en el que creen, por poder seguir viviendo?
Preguntas ambas, difíciles de responder, y en todo caso misterios de la complicada existencia humana, que esconden comportamientos demasiado complejos de nosotros los terrícolas, y cuyo nivel (aunque sea mínimo) de coherencia, en determinados momentos y situaciones, es en verdad, demasiado complicado para poder buscarle una explicación lógica. Por eso, en los misterios de la existencia de los habitantes del planeta llamado Tierra, lo incomprensible se hace cotidiano en la vida diaria del terrícola.
Y a todo lo dicho, hay que añadirle por supuesto, el sentido del humor, ese aderezo imprescindible que toda buena ensalada existencial necesita para darle a la mezcla el equilibrio necesario y conseguir que la filosofía del buen estado de ánimo prevalezca siempre por encima de la adversidad.
"Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar".
(Charles Chaplin)
Capítulo 1
¿Lo pensaste alguna vez?
Que cuando vas caminando por la calle con el móvil pegado a la oreja, hablas con voz tan alta, que todo el mundo se va enterando de lo que dices.
¿Crees que a la gente le importa algo que tu niño haya sacado cinco sobresalientes en el colegio?
¿Realmente piensas que a otras personas les interesa saber que tu hija tiene un novio rico, que además es el heredero de los Duques de Montesdeoca del Valle?
Además, esa forma tuya de gritar más que de hablar, hace que seas cualquier cosa, menos una persona discreta, que en su propia torpeza, lo único que consigue es que el entorno se entere de cosas, de las que evidentemente no creo que te puedas sentir especialmente orgulloso, así que no las pregones a los cuatro vientos, piensa con más calma lo que dices y sobre todo, habla con un tono de voz mucho más bajo, saldrás ganando, tú, y los demás que no tendrán que ser involuntarios oyentes de tus estupideces.
Que respetando al máximo tu ideología política (por supuesto, siempre que no atente de ninguna forma contra la libertad de los demás), se te nota demasiado que bailas siempre la música que te ponen, o la que más te interesa en cada momento en función de la dirección en la que sople el viento, mientras tú ejerces de acompasada veleta.
¿Cómo se entiende entonces que sigas el ritmo de la Internacional con el puño al frente elevado, aparentando ser más rojo que Lenin, y otras veces, brazo arriba y mano abierta cual centurión romano saludando al Cesar, entonas el estribillo del Cara al Sol, demostrando ser más facha que Mussolini?
Que mear fuera de la taza del váter no es mala puntería, más bien mala educación, y sobre todo una verdadera asquerosidad para la persona que tenga que fregar el suelo, que a buen seguro no serás tú, ya que hacer aguas menores sobre la baldosa para luego tener que pasar la fregona, demostraría que además de guarro, también eres tonto.
Que los ladridos continuos de tu perro, molestan de forma insistente a los vecinos, que sin duda valoran tu preocupación y cariño por los animales, en la misma medida que están deseando, que te pires de una puñetera vez, y te vayas a vivir a una cabaña en el monte, lugar donde tú can e incluso tú mismo, podéis ladrar, gemir y gritar a pleno pulmón.
Que llegar siempre tarde (aunque tan solo sea unos minutos), no te hace ser un tipo peculiar y diferente ante los demás, que seguramente, lo que pensarán de ti, es que aparte de impuntual, estás cometiendo hacia ellos, una falta de respeto, y que cualquier día con toda probabilidad, te dejarán más plantado que el árbol de Guernica, y lo tendrás bien merecido.
Que si estás atiborrado de dinero, no te vas a arruinar, si de vez en cuando haces una pequeña obra de caridad. No seas tan sumamente avaro y egoísta, y piensa, que no eres un gato con sus siete vidas, tan solo tienes una, como el resto de los mortales. Puede que cuando te pongan el traje de pino, seas el más rico del cementerio, pero al final, lo único que habrás demostrado es que has sido un auténtico miserable a lo largo y ancho de tu existencia.
Que el espejo no engaña a nadie. ¿Te ves gordo?, es que lo estás, incluso te diría más, cada día que pasa, la grasa campa a sus anchas por tu cuerpo como las hordas salvajes de Atila, cuando al mando de sus Hunos, puso al poderoso Imperio Romano de rodillas, apoderándose de todo territorio que se encontraba a su paso. Eso es lo mismo que te ha sucedido a ti con los nutrientes de tipo lípido, que has abusado tanto de ellos, que al final el paisaje de tu chasis corporal, es tan desolador, que en donde debía de existir músculo, solo aparece chicho y michelín.
¿Acaso pensabas verte delgado con los atracones, que día sí y día también, te metes entre pecho y espalda?
¿No te das cuenta además, que no haces ejercicio en absoluto, y que llevas
una vida más sedentaria que la de un taxista?
Vives en un primero, pero subes en ascensor, tu casa está a medio kilómetro
de la oficina, pero vas en coche, tu deporte favorito es el billar, y la última vez que hiciste ejercicio, fue cuando te hicieron saltar el potro en la mili (¡y ya llovió!).
¿A qué esperas para ponerte en forma?
¿No te das cuenta de que cualquier día tu panza puede llegar a reventar?
Que no te puedes quejar a todas horas de los amigos que tienes, cuando, al final siempre eres tú, quien de forma permanente los necesitas, ya que te resulta imposible estar sin alguien a tu lado. Eso únicamente, lo pueden hacer aquellas personas que tienen la independencia suficiente para preferir estar solos, antes que mal acompañados, y que además tienen la capacidad necesaria para desarrollar al máximo su imaginación y disfrutar de forma continua de la creatividad e ingenio que sale de su cabeza, lo que les permite no aburrirse nunca, sin tener la necesidad permanente de estar acompañados para pasarlo bien. Hacen buenas migas con la soledad, y disfrutan de su compañía.
Quienes no se encuentren en la circunstancia anteriormente descrita, tendrán que aprender a soportar la forma de ser de otras personas, si a cambio de ello van a compartir determinados momentos de convivencia y ocio.
Que es absurdo quejarse de la incompetencia de gran parte de los políticos de este país, y lo rematadamente mal que lo están haciendo (será difícil de superar, ya que están dejando el listón demasiado alto, y en algunos casos, se ha comprobado, que hacerlo peor, es imposible, aunque se haga intencionadamente), y al final, volver a votar a los mismos en las próximas elecciones, para que sigan cometiendo error tras error. Por eso, hay que darse cuenta, que la culpa de las malas decisiones, no es de los que a nivel político las toman, sino, de los que con sus votos permiten que las pongan en práctica.
Que hay más cosas, de las que ahora no te das cuenta, pero si haces un esfuerzo y ejercitas un poco la mente, seguro que las descubrirás, aunque hasta el momento te hayan pasado completamente desapercibidas.
Fran Laviada